lunes, 28 de enero de 2008

SWINGING LONDON



Justo al salir del Electric Cinema de Portobello Road y después de ver “Blow-up”, me reencuentro con una desconocida que no es otra que Verushka, esta vez no se encuentra enrollada en papel de embalaje como si fuese un delicioso “fisch and chips”, aparece luminosa con unos cientos de kilos de mas, pero resplandece feliz en su paradita de Portobello, vendiendo ropa psicodélica de los años 60, ropa usada de colorines, botines, corbatas, pendientes y fotos de Hyde Park llenas de cadáveres invisibles por descubrir.
Al llegar a la casa de toda mi vida “Pushkin House” en Ladbroke Grove, una lágrima furtiva se escapa, mañana por la mañana, temprano, voy a jugar una partida de tenis imaginario en Holland Park.

Werther

miércoles, 23 de enero de 2008

CRISE

Un film muet de Georg Wilhelm Pabst



JEUX DE MIROIRS


Dans Crise, Pabst se présente sous son jour le plus froid. La caméra observe simplement ce qui subsiste des personnages une fois qu'on leur a ôté leurs motivations psychologiques et leurs aspirations. Par le choix des angles de prise de vue, miroirs, fenêtres et vitres des voitures, la caméra joue son rôle dans ce jeu voyeuriste. Pabst montre de l'extérieur un monde axé sur le paraître. Une société dans laquelle, par le truchement du regard, les êtres se muent en fétiches qui se monnaient, où les prostituées de luxe vendent l'illusion du désir. Échanges et faux-semblants, les apparences s'achètent en grosses coupures. Si le film Crise est d'une telle actualité, il le doit précisément à la peinture d'une société régie par les lois du marché.

jueves, 3 de enero de 2008

VIDAS EJEMPLARES



Ni una brizna de aire brillaba en sus pálidas mejillas. Eran gemelas, y día a día persistían en seguir desfalleciendo al unísono, hasta el día en que definitivamente murieron momificadas en la foto de su primera comunión.

No vivieron lo suficiente para darse cuenta de que jamás habían existido. Ahora sus fantasmas, como pequeños fuegos fatuos, deambulan en noches de luna llena por encima de las aguas turbias y profundas, de un lago de nombre impronunciable.

Este último verano aún las pude ver brillando como jamás lo habían hecho, coronando el reflejo de una luna que era atravesada, por una barca solitaria, la misma que años atrás naufragó, en el mismo lugar donde sus cuerpos un día se sumergieron.

Jamás lograron jugar a "dada" con el general.

Werther

miércoles, 2 de enero de 2008

ALICIA



¿Adónde vas Alicia? le preguntó el ángel de la guarda, en un momento de flaqueza y con cierto aire de caridad cristiana, mientras, tres obispos la observaban desde los cercanos acantilados.

A lo que Alicia contestó: esta mañana al atravesar el espejo y penetrar en este país de maravillas, pensé que me alejaba del miedo y ahora me encuentro con tres conejos de rojo púrpura, que solo me proponen acertijos deshonestos.


El ángel con cierta voz de reprimenda, la exhorta a comportarse bien ante la autoridad que observa atenta desde las alturas.

¿Por qué los niños provocamos la lascivia de este obispo de la isla? ¿Por qué controlan nuestros actos y encuentran el pecado en nuestras sonrosadas e infantiles mejillas? Pregunta Alicia sin entender exactamente el significado de sus propias palabras.




El ángel con un deje de tristeza responde: Porqué hay que estar vigilante y atento al libre albedrío, todos tienen que estar sujetos a las normas de obediencia y a la autoridad de su iglesia.

¿Y si pierdo la inocencia jamás volveré a ser feliz? Pregunta Alicia asustada, mientras un rayo lanzado desde las alturas le parte el corazón.

Alicia no tenia los tres altares de la familia cristiana; la eucaristía, la mesa y el tálamo nupcial.




Murió libre y fue directamente al país de “nuncajamás” encontró a su familia en el jardín de las flores vivientes y tomó un té en la casa de los locos, junto a los conejos y las tortugas, así olvidó seguir el camino "neocatecumenal" de una vida cristiana y fue feliz por los siglos de los siglos, amén.

Los “Kikos”, los “teocons” y los "santos varones del opus" se quedaron con un palmo de narices.


Werther